Sigue soñando

Te acuestas, es hora de dormir. Tu cuerpo está cansado, no aguanta más. La pesadez se apodera de cada parte de ti, tan solo eres un peso muerto. Un peso que se desploma contra la almohada a la espera de encontrar algo de confort en esta confusa vida que vives.

Empiezas a soñar

Una vez más cierras los ojos, es tu cabeza la que empieza a moverse. La incertidumbre del mañana anda a tu alrededor, todo es una incógnita. Esta vez no hay responsabilidades, no tienes nada ni a nadie. Estás relajado, tu cuerpo se acomoda a la forma del colchón y caes. Por unos instantes, no piensas ni sientes nada aunque en realidad hayan pasado horas. Y es extraño como el cuerpo y la mente se manejan en el mundo de los sueños. De la nada, apareces en lo más profundo de ti, sin que seas realmente consciente. Tu mente te muestra lo que quieres ver, lo que quieres sentir. Tu cuerpo reacciona, pero estás dentro de tu cabeza. Intentas huir y no puedes correr. Intentas quedarte y te lleva a otro lugar. Conoces a gente pero no tienen rostro.

 

 

Enfréntate en tus sueños

Todo es posible, tu «yo» más profundo sabe lo que necesitas ver en ese momento. Quiere que te enfrentes a tus miedos, quiere que vuelvas a ver a alguien, quiere que revivas ese bonito instante. Estás ahí, sentado en el borde de un camino, no hay nadie. Solo estás tú. Levantas la mirada a tu alrededor y un paisaje majestuoso te hace sentir grande. Sientes la inmensidad dentro de ti, respiras y tus pulmones se llenan de aire puro. Te sientes bien de estar allí. Al rato, un pájaro se posa en tu hombro. Comienza a piar y te susurra al oído: «Esto es lo que más necesitas». Y con la cabeza afirmas lo evidente, moviendo la cabeza de arriba a abajo. Y en ese segundo tus ojos solo ven oscuridad, todo negro, no hay nada.

 

¿Cómo ha sido el sueño?

Los sueños son así. Justo te despiertan en el mejor momento. Justo cuando entendías porqué tu mente quería que vieses eso. Solo quería liberarse. Y es entonces, en la oscuridad de tu cuarto, cuando lo único que quieres es volver al «mundo de los sueños», donde todo es posible. Quieres volver a vivir ese sueño. Sí, digo vivir porque ahora va a ser uno de tus recuerdos. Muchos sueños son pequeñas vivencias nuestras, aunque las maquillemos con nuestra imaginación, pero ya forman parte de nosotros. Este sueño del pájaro y sus montañas, es real. Fue mi sueño, pero puede ser ahora tuyo porque al leerlo se ha quedado en tus retinas. Podrás vivir lo mismo que yo viví y sentir esa inmensidad.

 

Reflexiona

Piensa en esos sueños locos que hayas tenido. Esos sueños que hicieron despertarte con buen humor y pensar que sería un gran día. Son esos los sueños que seguro vivirás otra vez, los que te enseñan que puede haber algo bueno detrás de una vida llena de baches. Solo tienes que seguir soñando.

 

 

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