Desconocidos

¿Hasta que punto piensas que conoces a alguien? Nunca lo vas a saber a ciencia cierta, siempre serán desconocidos. Siempre serás un desconocido más en este mundo. Siempre faltará tiempo para poder llegar a conocerse a uno mismo.

 

Hay algo en mi cabeza que me dice: necesitas conocer gente nueva, pero ¿por qué? Si a los que ya digo que conozco no les conozco de verdad. Hay muchas personas en mi vida que me empujan a conocerlas y otras que creía conocer y que ahora no sé ni lo que hacen.

Los desconocidos nos abren a la incertidumbre, una sensación que provoca un caos en nuestro interior. Nos llena un vacío que teníamos dentro, nos ayuda a entendernos. Pero puede pasar que una persona que era importante para ti ya no lo sea, que en décimas de segundo sea de nuevo ese desconocido que despertaba en ti la curiosidad de saber más.

Da pena, no saber quién es esa persona que conociste. ¿Alguna vez existió de verdad? ¿Era solo una imagen? ¿Era quién quería ser? Son muchas las dudas que te pueden abordar la cabeza, pero nunca lo sabrás. Solo sentirás esa pena que poco a poco rebosará y querrás vaciar para llenarla de emoción, emoción por conocer alguien nuevo que te aporte felicidad.

¿Las personas cambian?

Es curioso pensar que las personas cambian, no es así. Es que con el paso del tiempo las personas nos muestran más de ellas, su verdadero yo. Ese ser que de verdad son y que nos puede gustar o no, porque al principio siempre enseñamos la parte buena de nosotros.

Somos un conjunto de capas que mostramos con cautela, nunca cambiamos solo aprendemos. Y si esa parte nueva que enseñas de ti no encaja con el resto es cuando uno se aleja. Nos alejamos y volvemos a ser unos desconocidos a los que nunca conocimos de verdad.

Y es que hay que ser muy valiente para querer conocer a alguien , querer conocer cosas nuevas de una persona, sobre todo hay que ser muy valiente para aceptar las cosas que no te gustan. Más valiente es quién quiere conocerse a sí mismo, porque para quererse hay que conocerse, y para conocer a alguien de verdad, primero debes conocerte a ti.

 

Estamos en una constante espiral. Si te conoces, conocerás; si conoces, te conocerás. Nunca está de más una ayuda, una mano amiga que quiera abrirse contigo y tú con él. Porque no hay nada de malo querer conocer, ser curioso, ser un niño lleno de dudas, lleno de pasión por resolverlas y tener más aún. No puedes pensar en deshacerte de tu niño interior, pues aunque seamos adultos esa inocencia de descubrir un mundo nuevo o una nueva persona siempre estará.

 

Reflexiona

Cuando has pensado en la persona que más importa en tu vida, ¿te has preguntado todo lo que sabes de él o ella? ¿Piensas que de verdad sabes todo? Son preguntas sin respuesta, pero ahí está la magia de la sorpresa, la curiosidad de querer saber más sobre esa persona. Te va a llenar de miles de sentimientos, buenos o malos, pero si esos sentimientos afloran en ti debe de ser por una razón. Ya sabemos que puede haber razones para todo hasta para huir, haz que los desconocidos lo sean menos. Sobre todo contigo mismo, es un buen momento para entenderte. ¿Por qué hago esto?, ¿por qué estoy aquí? Estarás un poco más cerca de conocerte, aunque sea un poquito.

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