Las letras resuenan

Llega un momento en el que quieres que todo pare. Que haya una pausa continua. No llegas a gestionar todo lo que te rodea y necesitas tiempo. Todo ha cambiado, incluso tú mismo.

Ruido y más ruido. Todo se hace más pesado. Tu cabeza no aguanta más, necesita una liberación. Tus manos empiezan a buscar a tientas tu salvación. Estiras y alcanzas los cascos que conectas para poder aislarte del mundo. Le das al play de tu playlist y todo cambia. El mundo se ha parado a tus pies. Ya no sientes esa sensación de agonía, solo estás escuchando tu canción favorita. Como si estuvieras tú y la música, como si fuerais uno solo. Nada alrededor, ni una preocupación.

La música puede salvar el más desastroso momento de nuestras vidas. Cuando te sientes confundido, esas letras son las que te dan la solución. Lo único que quieres es escuchar esas palabras una y otra vez. Es irónico que cuando más tristes estamos, más ganas tenemos de escuchar música melancólica. Por eso mismo, porque nos sentimos reflejados en cada una de las palabras que lo componen.

A pesar de escucharlo, eso nos hace más fuertes. Cada vez que esas letras resuenan en nuestros oídos es un segundo más de comprensión. Es esa pausa continua que necesitamos para poder saber y gestionar lo que nos pasa. Hay que alejarse del mundo por unos minutos para poder continuar. Todos necesitamos reiniciarnos, actualizar cada cosa nueva que sucede.

 

Reflexiona

Es la pregunta que ronda en nuestras cabezas, ¿por qué escucho música triste cuando lo estoy? Porque supone una terapia de choque para nosotros mismos, nos alivia ese dolor compartido con cada nota musical. Así que, si necesitas una pausa, dale play a esa canción que hace que una lágrima o dos recorra todo tu rostro, porque después querrás volver a darle play a tu vida.

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