Finales que llegan

Te subes al tren con la idea de no parar nunca, pero hay una estación al final del camino en la que te tienes que bajar. Nada es eterno. Siempre hay un final que acecha. Ese final que esperamos con miedo cuando algo nos llena. Puede haber finales que queremos que lleguen, finales que no volverías a repetir, finales agridulces, finales entrañables y finales que no esperabas que llegaran en ese momento y que marcan tu vida.

Ha habido muchos finales en vida, y otros muchos que llegarán. Finales que por nada del mundo quería que sucedieran, pero que con ellos me trajeron nuevas oportunidades.

¿Por qué decimos «lo que nos depare la vida»? ¿Qué es la vida? ¿La vida te da cosas? La vida somos nosotros mismos. Nosotros decidimos lo que nos deparará el futuro, marcamos los finales. Es verdad que muchos finales no están en nuestras manos sino en las de los demás. Ahí está, el luchar por lo que queremos hasta que ya no se pueda más, hasta el final.

Lo peor es cuando ves como poco a poco se va acabando. Esa sensación de lentitud te destruye por dentro. Un día tras otro, ves el final. Ya no sabes si será mañana o el día siguiente, pero será pronto. Tu mente no para de pensar, de imaginarse cómo te sentirás en el momento, a lo mejor solo nos está preparando. A lo mejor lo hace para que el golpe no sea tan directo.

Hay a veces que lo mejor es arrancar la tirita de golpe, para que no duela tanto. Aunque muchas veces lo mejor es ir preparando al cuerpo para que pueda afrontar un impacto tan fuerte como son las despedidas. Al principio la pregunta «¿por qué a mí?» te martillea la cabeza.

Tantas veces, tu cuerpo ya no lo aguanta, necesita estabilidad. Esa montaña rusa de altibajos ya no los soporta. Pero no te preocupes, a todo el mundo le pasa, solo necesitas un reinicio de ti mismo. Lo mejor es que siempre hay algo nuevo a la vuelta de la esquina, y a lo mejor esta vez lo haces tu solo.

Porque donde hay un final, hay un inicio. Ese inicio que te levante del mal tiempo que pasaste con aquel final tan inesperado. No hay que sulfurarse, hay mucha gente en este mundo que puede cambiar tu perspectiva. Ver las cosas de otra manera y que te llenen ese vacío que dejo ese final tan agrio, para caminar más fuerte que antes. Puede que te acompañen o que no pero la fuerza permanece.

 

Reflexiona

Si acabas de pasar por un final o estás en proceso. Piensa en cómo te sientes. Es normal que sientas que nada tiene sentido, que estés perdido o incluso no te sientas a gusto. Reflexiona en lo que has hecho, en lo que han hecho los demás. De esta forma, podrás decidir si luchar o no, si darlo todo. Respira e imagina ahora que te gustaría hacer tu solo, márcate nuevos proyectos que te hagan sentirte realizado.

 

 

 

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